miércoles, 6 de julio de 2005

RELATO NEGRO: MUJER PECADO

Mujer pecado

Era tan bella que los hombres se derretían en el interior de sus enormes y rasgados ojos verdes. Ninguno pudo aguantar su mirada frente a ella. Eran deslumbrados por la luz que reflectaban sus enormes ojos.

Ella lo supo desde pequeña. Sabía que su belleza era un arma muy poderosa en una ciudad demasiado pequeña, Ciudad Vigueras. Por eso, cuando tuvo uso de razón huyó a la cosmopolita Madrid. Allí sus encantos tendrían mayor valía. Lo supo desde pequeña. Era una deidad que los hombres loaban. Sentado frente a ella me di cuenta enseguida de que no tendría nada que hacer. Pero si mucho de que sufrir. Pecado era su nombre. Su padre lo supo desde el principio. Supo al verla nacer que esa criatura era una diosa. Al ver su fecha de nacimiento, supe que teníamos demasiadas cosas en común, aunque nuestras diferencias eran lo que importaba. Sus palabras me enredaron como una astuta trepadora.
- ¿Quiero un viaje? dijo.
- ¿Perdón?, le respondí, confundido por sus palabras repletas de interpretaciones.
- Le he dicho que quiero viajar a Londres.
- Ah, perdone no la entendí bien al principio.

Londres era el destino de muchas mujeres que buscaban dejar en el olvido a criaturas indeseadas. No era su caso. Ella siempre lo supo. Supo como planificar su vida de manera que nada ni nadie le hiciera perder el rumbo que ya tenía establecido. Solo un hombre consiguió despistar sus sentidos. Fue el único que consiguió enamorarla. Y la dejó porque él lo sabía. Sabía que era una mujer demasiado peligrosa para estar a su lado. Era como dormir con un cuchillo muy afilado en el bolsillo del pantalón del pijama. Él sabía que no podría funcionar. Tarde o temprano tendría que terminar. Pero supo disfrutar los placeres que los excitados años jóvenes incorporaban. Ella lo amó con ardiente deseo. Él vivió el éxtasis del olimpo. Después todo acabo una fría mañana de otoño, con el revoloteo de las hojas caducas. Ella lloró la rabia de no poseerlo. Sus celestiales añagazas no le valieron esa vez.

Continuará en "La Famosa Vida de Illán" (http://famosavidaillan.blogspot.com)

1 comentario:

Ful dijo...

Esto te lo has copiao, cabrón, esto no puede salir de tu inteligencia creativa, da por lo menos el copyright del autor en un último intento de evitar la desfachatez.