El domingo se cambian los relojes palante, de esta manera se ahorra una hora de gasto energético. El impacto ecológico es notable pues se evita la tala de 10.000.000 y pico árboles, los mismos que luego llenamos de luces y guirnaldas en Navidad. A mí, si te digo la verdad, me es indiferente, lo único que me jode es que por ganar una hora pierda yo cuatro en ajustar los 23 relojes de mi casa (incluido el del tamagochi de mi cría, no sea que se cague).
jueves, 24 de marzo de 2005
La hora ecológica
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