miércoles, 9 de mayo de 2012
La creencia religiosa en España
(Clicar en la imagen para agrandarla)
Sin ser yo un especialista en sociología recojo unos datos oficiales del CIS que muestran como el número de personas que se declaran religiosas lo son por motivos culturales. A pesar de ello desciende la religiosidad en España como lo demuestran los propios datos absolutos, corroborados por el aumento de los que abandonan el culto y el descenso paulatino de los que se reafirman como creyentes practicantes.
En cambio es la gráfica de "No creyentes - Practicantes" la que muestra el estado real de las creencias firmes (no culturales).
Puede sorprender a la luz de los datos que España no es tan clerical como ciertas religiones nos quieren dar a entender, pues el número de personas que se manifiesta no creyente sumado al número de ateos les supera y aumenta la diferencia progresivamente en los últimos seis años.
Por último, al margen de cualquier relación espuria o engañosa, constato en la última gráfica el curioso aumento de la no creencia a medida que las tasas de analfabetismo disminuyen.
martes, 8 de mayo de 2012
Emociones que cuestan dinero
¿Qué es
el Estado del Bienestar? Una organización de la sociedad en donde a nadie se le
impide enriquecerse, en la medida que su inteligencia o azar se lo permitan.
Los que han tenido la suerte o hayan dedicado el esfuerzo suficiente para
conseguirlo han de contribuir
al
bienestar de los que, queriendo mejorar económicamente y habiendo hecho lo
posible para ello, no han podido o no han sabido.
Para
que el Estado del Bienestar sea algo útil y no una quimera, ha de recaudar lo
suficiente a través de sus mecanismos impositivos para financiar los servicios
públicos, de la forma que estime conveniente según el criterio que los
ciudadanos estimen oportuno en cada momento.
Un país
moderno es aquel que sabe estimular a aquellos que pueden crear riqueza, que tiene
una educación de calidad para que todos tengan igualdad de oportunidades, que permite
a sus ciudadanos manifestar libremente su forma de entender la vida y que sabe
atender con dignidad a los que necesitan ayuda para salir adelante.
Por eso
considero torpe que un gobierno establezca impuestos finalistas, es decir,
donde los ciudadanos eligen el destino de parte de sus deberes fiscales. El
ejecutivo no puede delegar esa tarea que le es propia, a saber, recaudar y
distribuir según su criterio.
No
puede poner, por ejemplo, casillas en la declaración del IRPF para que sean utilizadas
como desvío de fondos “legal” de lo que debería ir a la caja común de todos los
españoles.
Es
DEBER de un estado moderno asistir a sus miembros más débiles y no manifestar
una incapacidad de facto derivando a asociaciones de voluntariado lo que no les
corresponde.
Todos
debemos mucho a ciertas asociaciones de caridad e incluso debemos colaborar con
ellas con todo lo que nos sea posible pero no debemos caer en la trampa de que
ciertas organizaciones privadas se conviertan en pequeños ministerios de
asuntos sociales en la sombra capaces de detraer para sí fondos de solidaridad
con el pretexto de que lo saben hacer mejor que el estado.
Aún es
más grave, por inmoral, que organizaciones religiosas se parapeten en sus
correspondientes secciones de caridad para convalidar socialmente unos credos obscurantistas
que no son más que atentados a la racionalidad en el mejor de los casos.
No
puedo aceptar que se me acuse de insolidario por rechazar que un estado aconfesional
como el de España reparta fondos públicos a la ideología mística de una parte.
No puedo aceptar la acusación de insolidaridad por rechazar que en el IRPF
aparezca una casilla en donde ciudadanos pagan menos al erario público por
compartir una ensoñación irracional e indemostrable según el común entendimiento
humano.
Cada
uno es libre de adoptar la actitud poética ante la vida que mejor considere. Que
hables con tu perro, sientas el pálpito de una montaña, te alegre un día de
sol, llores ante la Macarena, te asombres ante la mecánica cuántica o pienses
que tu madre es la mejor del mundo puede llenar de emociones tu existencia pero
no parece que sea una buena razón para no pagar lo que tu sociedad cuesta.
Por
ello exijo que las religiones no se escaqueen de la cuenta y mientras no
alcancen la otra vida paguen al menos lo que cuesta ésta.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)