Todo viene de aquel día en que me enfadé con mis 154 kilos y me dije, Ful, debes cuidar tu figura y quitarte esos 2 kilos que tanto te afean. Lo primero que hice fue apuntarme al gimansio pero me aburrí de estar siempre en la cantina. Luego vino lo de la dieta aquella en la que podía ingerir de todo a excepción de mezclar el vino con la casera... Así que ya veis, ahora sólo hago caso a mi psicólogo, yo me hincho a comer más y él se encarga de subirme la autoestima (al menos a mis 39 no me van a salir arrugas en la cara)
1 comentario:
Merecedora de un Oscar como guión cinematográfico con más salsa.
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